Por Ángel Sanó
Hace siglos atrás cuando las dinastías gobernaban a China, utilizaban un canal particular de conexión entre el oriente y el occidente. Este canal llamado “Ruta de la Seda” 丝绸之路, fue utilizado por muchas personas para el intercambio comercial aún primitivo entre China con el resto del mundo. Era el camino más idóneo en aquella época para lograr transportar mercancías de todo tipo y de esta manera contribuir con el desarrollo económico de la región.
El nombre de esta valiosa ruta fue creado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr Von Richthofen quien lo introdujo en su obra “Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda”, en 1877. El nombre se debe a que el más importante producto de circulación comercial en aquella época era la seda. China empezó a hacerse famosa con el transporte de este producto, fascinando e intrigando a los demás países quienes se preguntaban como China hacía para el proceso de elaboración de la misma. Sin embargo, otros productos entre los que destacan el jade, piedras y metales preciosos, telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, vidrio, materiales manufacturados, coral, entre otros, fueron ampliamente transportados por esta legendaria vía.
La Ruta de la Seda hizo que varias ciudades chinas que rodeaban el canal, adquirieran mucho más prestigio cultural y comercial, entre ellas se encontraba la ciudad de Chang´an, conocida actualmente como la ciudad de Xi’an 西安, Xinjiang新疆, pasando entre otras por Karakorum (Mongolia), el Paso de Khunjerab (China/Pakistán), Susa (Persia), el Valle de Fergana (Tayikistán), Samarcanda (Uzbekistán), Taxila (Pakistán), Antioquía en Siria, Alejandría (Egipto), Kazán (Rusia) y Constantinopla (actualmente Estambul, Turquía) a las puertas de Europa, llegando hasta los reinos hispánicos en el siglo XV, en los confines de Europa y a Somalia y Etiopía en África oriental.
Sin embargo esta famosa ruta no solo sirvió de intercambio comercial entre los países, sino que también ayudó a la diseminación de enfermedades, siendo la más mortal de ellas “la peste negra”, que logro la muerte de miles de personas en Europa a finales de la década de 1340. Muchos investigadores aseguran que esta enfermedad fue traída desde Asia alcanzado a Europa a lo largo de las rutas comerciales del Imperio mongol.
A raíz de este y otros acontecimientos, el camino más importante y esencial de China con el occidente comenzó a decaer. A medida que pasaban los años, esta importante vía de comunicación fue prácticamente abandonada, dando cabida a la apertura de otras vías con más valor comercial y de más fácil acceso. Muchas más inversionistas utilizaban las nuevas rutas marítimas comerciales y las ciudades alrededor de las nuevas vías de comunicación fueron ganando mayor interés a medida que se intensificaba el intercambio de mercancías entre los países.
Cabe destacar que la Ruta de la Seda es una de las primeras vías de intercambio y comunicación del mundo, logrando ser reconocida como “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en el año 2014. El tramo más importante de esta vía comercial abarca 5.000 kilómetros que van desde la zona central de China hasta la región de Zhetysu, situada en Asia Central, incluyendo 33 nuevos sitios en China, Kazajistán y Kirguistán.
Aprovechando el auge económico de los últimos años, China ha decidido recuperar las antiguas vías de comunicación e intercambio comercial con el occidente. Recientemente el gobierno de Pekín, ha ordenado la reapertura de este milenario camino para así lograr mayor penetración e intercambio entre China y el occidente. El gobierno actual de Pekín ha diseñado un plan para recuperar la movilidad de esta antigua ruta comercial, destacando su valor cultural y comercial, aplicando nuevos mecanismos y elaborando nuevas directrices con el fin de lograr revivir la más antigua y milenaria ruta comercial mundial.
Uno de los primeros países en comenzar a utilizar el intercambio comercial a través de la Ruta de la Seda ha sido España. Utilizando el tren como medio de transporte, desde la ciudad de Yiwu义乌 en China hasta la capital de España, Madrid, productos chinos y españoles van y vienen, con la finalidad de incrementar la cooperación económica entre España y China.
Y este sueño no está lejos de concretarse, además de la reactivación de la antigua ruta de la seda, China ha mostrado interés en ampliar la ruta vía marítima a través del océano pacífico con Suramérica. Actualmente ha sido aprobado un proyecto entre Perú, Brasil y China para construir un ferrocarril transoceánico, con la finalidad de incentivar el transporte de bienes y servicios desde China hacia Suramérica y viceversa. De llegar a concretarse este proyecto, Latinoamérica será beneficiada en gran escala y China concretará su sueño de llevar la ruta de la seda a todos los países del mundo.
Ángel Sanó
Angel Antonio Sano D´Elia, abogado egresado de la Universidad Santa María, Venezuela, con una especialidad en Relaciones y Política Internacional realizada en la Universidad de Jilin, China y experiencia laboral de cinco años en el departamento de Administración de Contratos en la compañía de petróleos PDVSA GAS, S.A. ubicada en Venezuela. Actualmente cursando el tercer año del idioma chino mandarín en la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing y profesor de español y traductor e intérprete de español, inglés y chino.