Entorno privilegiado en la provincia de Fujian
El Parque Nacional de los Montes Wuyi, Wuyishan, 武夷山, en el norte de la provincia de Fujian, es uno de los 4 parques naturales de China con la doble condición de Patrimonio Natural y Cultural de la UNESCO, junto con otras tres reconocidísimas áreas de montaña, Huangshan (Anhui), Emeishan (Sichuan) y Taishan (Shandong) (lista de los 47 lugares de China reconocidos como patrimonio de la humanidad, web UNESCO.
El espectacular entorno natural de acantilados, cuevas y bosques no sólo ha sido fuente de inspiración del paisajismo tradicional chino desde la dinastía Han (está documentada una primera visita imperial hace unos 2000 años), o espacio de creación de poetas (Liu Yong, 柳永) y lugar de reflexión de filósofos neoconfucianos (Liu Zi Hui, 刘子翬).
Además, la biodiversidad y las especiales condiciones climáticas y geológicas, con agua de gran calidad mineral y pureza, han favorecido el cultivo del prestigioso TE ROJO, en diversas variedades muy conocidas y apreciadas, particularmente el popular DA HONG PAO (literalmente, «gran vestido rojo»). Entorno del té (cha, 茶), los habitantes de la zona han construido durante siglos toda una cultura que, en lo básico, aún pervive.
El tráfico dentro del área escénica está y las áreas se encuentran bien delimitadas. Asimismo, las vías están pavimentadas, lo que incluye, como es tradición en China, las escaleras de piedra en los tramos de ascenso (interesantes para el público local pero seguramente no mucho para los montañeros expertos). Sin embargo, las ascensiones y descensos por algunas de esas inverosímiles y peligrosas escaleras de gran verticalidad, ya sea en días húmedos y lluviosos, o en días calurosos (pudimos disfrutar de ambos en nuestra corta visita), endurecen esos cortos trayectos, haciendo que la experiencia senderista sea entretenida.
Sin duda, el área delimitada entorno de las 9 curvas del rio Jiu Qu Xi (九曲溪, literalmente «Río de las Nueve Curvas») ofrece el mayor impacto paisajístico. La zona se puede recorrer en balsas de juncos (1h15′), o a pie por varios senderos y escaleras, entre las que sobresale, sin discusión, el Tian You Feng (天游峰) (848 escalones, 410 metros de altura), con vistas que producen asombro, incluso si uno ya está curtido por las vistas de Zhang Jia Jie (Wulingyuan), el Emei Shan o el Huangshan.
El arriesgado recorrido por las dos húmedas cuevas de Yi Xian Tian (一线天), con algunos estrechísimos, empinadísimos y claustrofóbicos tramos de 30 cm de ancho y 20 metros de alto también son asombrosas. El nombre lo dice todo: significa «Una línea de cielo» (es decir, una estrecha franja de luz que puedes ver si logras mirar hacia arriba entre paredes de afilada y dura piedra, escalones estrechos y chorros de agua que te caen en pleno rostro -cuando llueve-)
La cultura del té en Wuyishan
El té forma parte de las señas de identidad de China. No es sólo, desde antiguo, un producto para el comercio, impulsor de las grandes rutas comerciales de Asia oriental (junto con la porcelana y la seda), sino que su cultivo, su producción, su venta y su consumo están fuertemente asociados con la historia, el arte, la cultura, la medicina tradicional y las relaciones sociales del «reino del centro».
Fujian produce desde hace milenios, en las montañas del interior, una de las variantes más populares y mejor valoradas del té chino, el TE ROJO (junto con el te «pu’er» -普洱- de Yunnan y el té verde Long Jing -龙井- de Hangzhou, Zhejiang). Es una bebida de aroma vegetal característico, sabor intenso, un punto amargo, y suave textura que, no obstante, se «agarra» durante segundos al paladar. Nuestra visita al parque Wuyishan (mayo 2015) coincidió con la recolección de té, feliz coincidencia que aún mejoró tras el descubrimiento del pequeño y cercano pueblo de Xiamei, Xia Mei Cun (下梅村), antiguo lugar de salida de una ruta del té hacia Moscú y el este de Europa.
Aún más sorprendente, el lugar, que conserva toda una calle y varias mansiones de comerciantes enriquecidos, de estilos «qing» tradicional y «minnan» (propio de Fujian y algunas zonas de Taiwan), en piedra y madera, ha logrado evitar las agresivas y no siempre respetuosas restauraciones de otras lugares. Algunas vuelven a estar ocupadas por sus antiguos propietarios, como la bellísima mansión de la familia Zou, con 30 generaciones dedicadas al té.
Una parte de los terrenos cultivados se encuentra entre barrancos y en las laderas de las montañas, por lo que el trabajo de los porteadores, cargando en sus hombros 2 sacas de entre 50 kg y 80 kg en total (de 100 a 160 «jin») con sus sólidas perchas de bambú, es fundamental. Pudimos observar que algunos superan los 60 años, pero conservan una gran agilidad y son capaces incluso de bajar corriendo las estrechas escaleras.
Ángel Lázaro Riol Nacido en Barcelona (España), reside actualmente en Xiamen (Fujian, China). Doctor en Derecho y Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, es colaborador de un bufete de abogados especializado en inversiones en Asia oriental, con oficinas en Barcelona, Guangzhou y Hong Kong. Escribe también un blog sobre sus viajes y reflexiones sobre la cultura, el arte y el estilo de vida en China, AnlariBlogChina