Por Alejandro Vázquez
La auténtica comida china
Una de las primeras actividades que realizas al pisar suelo chino, sobre todo si tienes especial curiosidad, es ir a comer algo. Dependiendo de la zona donde estés (sur, norte…) la comida puede variar considerablemente, tanto en nivel de picante como en alimentos principales (carne, pescado…), pero lo primero de lo que te vas a dar cuenta es de que esta comida china que tienes delante no se parece un ápice a lo que pensabas que era comida china, sobre todo si tenemos en cuenta el tipo de comida que ponen en los llamados “restaurantes chinos” en España, por ejemplo, donde el menú típico suele ser arroz tres delicias, rollitos de primavera, pollo con almendras o al limón, etc. De estos platos el único que he encontrado aquí es el arroz, y no es precisamente tres delicias; aquí el arroz suele ser como el pan en España, es decir, en muchos sitios incluso suelen ponerlo gratis para acompañar a los platos principales, que son los que pagas realmente, y en el caso en el que pagues el arroz no va a ser más de 3 o 4 yuanes (menos de 1 euro).
En esta foto, por ejemplo, vemos un plato principal, que no es otro que la “Pingyao niu rou” (平遥牛肉), carne de ternera muy típica en la turística ciudad de Pingyao. El arroz fue cortesía de la casa, para acompañar. Por cierto, ya hablaré de esta encantadora ciudad en otra entrada.
Hay más diferencias entre lo que conocemos como comida china fuera de China y lo que encontramos aquí. Por ejemplo, una de ellas es el nivel de picante. Depende de la provincia china de la que hablemos el picante será más o menos predominante, pero, al menos desde mi experiencia, he probado más platos picantes que no picantes. Una solución si llevas pocos días y tu paladar aún no se ha hecho al picante es preguntar al camarero si el plato es picante con un fácil “la bu la?” (辣不辣), es decir, ¿es picante o no picante? Si quieres algún plato no picante con decir un “bu la” (不辣) es más que suficiente. Yo tengo que decir que al principio huía del picante, pero una vez me fui acostumbrando e ido cogiéndole el gusto, y ahora comparto platos picantes sin problema, y estoy hablando de platos de la provincia Sichuan, cuya cocina es considerada de las más picantes de China.
“Gan bian dou jiao” (干煸豆角), uno de mis favoritos. No es de los más picantes, aunque pueda parecerlo por la foto.
Ahora que he hablado de compartir, ese es otro de los puntos importantes a la hora de comer en China, sobre todo al comer con chinos. Aquí, el acto social que supone ir a comer tiene algunas diferencias con la costumbre española, por ejemplo. Es decir, no solo encontramos diferencias en la comida en sí, sino en el protocolo que la rodea. Así, cuando comes con chinos lo típico es sentarse todos alrededor de la mesa, que suele ser redonda si se trata de un grupo de más de 5 – 6 personas, y pedir varios platos para compartir e ir cogiendo todos los comensales de cada uno de los platos. Para facilitar esta tarea muchos restaurantes incluyen mesas con un plato giratorio en el centro, para que los platos sean accesibles fácilmente a todo el mundo.
Aquí se aprecia claramente lo que digo: el plato giratorio en el centro, todo el mundo con su bol de arroz y a disfrutar (bueno, como veis ya ha sido disfrutado).
Una de mis fases favoritas de este protocolo chino es el momento de pagar. En España, por ejemplo, lo más común es que la cuenta se reparta entre todos, llegando en algunos casos a pagar solo por lo que se ha consumido (yo no suelo llegar a este extremo, pero conozco algunos casos). En China lo más común (y creo que la única opción) es que una persona pague toda la cena. No importa que hayan comido 5, 6 o más personas, siempre habrá una persona dispuesta a pagar la cena. ¿Por qué es una de mis fases favoritas? Porque si voy con chinos no suelen dejarme pagar. Bueno, para no parecer tan tacaño y egoísta diré que me suelo ofrecer en muchas ocasiones, pero no me lo suelen permitir. Las pocas veces en las que me han dejado pagar ha sido al ir con estudiantes, quizá porque no se atrevían a discutirme la decisión que había tomado de pagar la cena, pero cuando vas con compañeros de trabajo o gente de tu edad en general es más complicado que dejen que pagues.
Por cierto, ¿sabéis qué? Me encanta la comida China. Se está convirtiendo en una de mis favoritas, y eso que al llegar pensaba muy diferente. Es lo que tienen los prejuicios; hay gente en mi país que piensa que aquí el comer perro está a la orden del día, por ejemplo, cuando es algo muy específico de algunas regiones de China, e incluso en esas zonas hay gente que nunca lo ha comido. Sobre estereotipos como este tendremos la oportunidad de hablar en otra ocasión.
«Si me das pescado, comeré hoy; si me enseñas a pescar, podré comer mañana.»
Licenciado en Filología Hispánica y posgraduado con el Máster en Enseñanza de ELE, ambas titulaciones por la Universidad de Granada. Desde que empecé la carrera tenía claro que me quería dedicar al mundo de la enseñanza de español, por lo que trabajé para varias academias en España e incluso creé mi propia escuela. Mientras trabajaba en Granada me llegó la posibilidad de dar el salto al gigante asiático y no me lo pensé dos veces, por lo que ahora te cuento mi experiencia desde Xi’an, China, donde trabajo como profesor de español en una universidad.