Por Carolina García
Mireia Paulo nació en Valencia, España, pero ella es una ciudadana del mundo debido a que la mitad de su vida ha vivido y trabajado en el extranjero, en diez países diferentes, como Estados Unidos, Panamá, Venezuela, Bélgica, Alemania, India y China.
Mireia habla cinco idiomas: inglés, francés y chino, así como sus lenguas maternas, catalán y español. Cursó en España tres licenciaturas: Negocios Turísticos, Relaciones Internacionales y Estudios Asiáticos. También tiene un Máster en Política de la Unión Europea, que cursó en el Colegio de Europa, en Bélgica, y además se encuentra realizando su tesis doctoral en Cooperación de la Unión Europea y China en Servicios Financieros de la Universidad de Bochum (Department of East Asian Politics), en Alemania.
Cuando Mireia estudiaba en la universidad en España, también comenzó su carrera profesional, primero en trabajos eventuales durante los veranos, de mesera o recepcionista en otras ciudades europeas como Ámsterdam y Londres. No mucho tiempo después incursionó en el ámbito humanitario, lo que le permitió viajar al extranjero trabajando para organizaciones no gubernamentales y en agencias de las Naciones Unidas; todo esto mientras estudiaba y regresaba para presentar sus exámenes. Uno de estos trabajos lo desempeñó en Panamá, donde se realizaban programas de seguridad alimentaria y cambio climático, ayudando a las comunidades indígenas del país. Una de estas comunidades es la de los NGABE – BUGLÉ, que son el grupo indígena más numeroso de Panamá, y también uno de los que se encuentran en mayor estado de pobreza. Pero Mireia asegura que el momento de su carrera humanitaria que más le influyó personalmente tuvo lugar durante su estancia en India, donde trabajo para una ONG en Mumbai llamada ¨CREATIVE HANDICRAFTS NGO¨, dedicada a ayudar a mujeres locales que se encuentran en situaciones vulnerables, de pobreza y maltrato familiar.
Fue aquí cuando, en 2004, un tsunami golpeó las costas del país. Por azares del destino, Mireia se encontraba en un tren, viajando por razones de trabajo en dirección contraria al lugar en el que se había producido la ola gigante. De esa manera y sin saberlo, se salvó por muy poco de sufrir el desastre natural en carne propia. Después volvió a la zona de la catástrofe, para ayudar en las operaciones de ayuda y rescate.
Esta experiencia, entre muchas otras, así como las duras y difíciles condiciones sociales en el país, marcaron su vida y su carrera. Mireia asegura que cada una de estas vivencias la ayudaron a crecer como persona.
Fue entonces cuando decidió que quería emprender un nuevo reto profesional. En 2007 tuvo su primera experiencia en China, al permanecer dos años en estudiando mandarín en Beijing. Esto le ayudó más tarde, cuando estaba en Bélgica realizando sus prácticas profesionales en la Comisión Europea, trabajando con India y China.
Cuando adquirió experiencia suficiente comenzó a trabajar como consultora, brindando asesoría de mercado en China para universidades y empresas privadas. Hace tres años decidió volver a China, y actualmente trabaja como gerente para el desarrollo comercial de A&Z LAW FIRM, una firma de abogados radicada en Shanghái que ofrece asesoría legal a empresas extranjeras que quieren invertir en China o empresas chinas que quieren incursionar en el extranjero. Es en este trabajo donde Mireia encuentra un reto todo los días, al ser la única extranjera en una empresa completamente local, lo que le exige esforzarse más por superar las barreras culturales y del idioma.
Sin embargo, Mireia asegura que todo el tiempo y esfuerzo valen la pena porque ella es una persona que ama los retos. En sus propias palabras,¨mucha gente me pregunta porqué trabajo en una empresa china cuando sería más fácil (trabajar) en una (empresa) occidental. Yo solo contesto que, honestamente, a mí no me gustan las cosas fáciles; me gustan los retos, porque ésa es la forma en la que aprendo más¨. Los hobbies de Mireia son tocar el piano, practicar judo, la fotografía y el montañismo. Disfrutando de este último es como Mireia ha tenido la oportunidad de viajar y conocer más zonas rurales de China, y es en estos lugares donde ha vivido sus experiencias más entrañables, disfrutando de la comida local y de la calidez de sus habitantes.
Carolina García es amante de los libros, los viajes y la fotografía. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, especializada en producción de medios, actualmente está cursando una maestría en comunicación en la Universidad de Ciencias y Tecnología de Shanghái.
2016/05/30