Omer Avi-Tal es de origen panameño, y desde los 12 años forma parte de la selección nacional de ese deporte de su país. Fue en 2012 cuando viajó a China para perseguir su sueño de estar en el ranking de los 100 mejores jugadores del planeta.
Este deportista había obtenido antes importantes victorias: en 2010, en el mundial de Dortmund, se alzó con siete triunfos y un salto importante en el ranking internacional. Luego de esa experiencia, decidió viajar al país donde están los mejores jugadores y entrenadores: China. Llegó sin saber el idioma y sin el respaldo de ninguna institución, sin embargo, consiguió ingresar en una escuela Shichahai, en la cual entrenó con jugadores de ligas menores. Insatisfecho con ese nivel, se atrevió a acercarse a la Universidad de Beijing donde, aún sin conocer mandarín, consiguió llamar la atención de los entrenadores. Ahí jugó con el equipo de la Súper Liga China durante seis meses.
Un cambio de identidad
Un contacto de la universidad de Beijing enlazó a Omer Avi-Tal con el entrenador del equipo nacional de China, . Avi-Tal tuvo la oportunidad de participar con el equipo nacional durante un semestre. Al mismo tiempo, el panameño había iniciado un curso de mandarín en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing en la cual, por motivos administrativos, tuvo que traducir su nombre al mandarín. En esa circunstancia decidió ponerse el nombre del campeón mundial y olímpico de tenis de mesa, Zhang Jike.
En 2013, Omer compitió en el China Open, donde conoció personalmente a su jugador favorito, Zhang Jike. Al finalizar el torneo, los periodistas se percataron de que Omer sabía hablar chino, era jugador de tenis de mesa y también se llamaba Zhang Jike. La Televisión Central de China propuso hacer un show y una exhibición con los dos Zhang Jike en Changzhou, lo que le ganó al panameño mayor reconocimiento.
Hoy en día este deportista latinoamericano habita en Shanghái, donde entrena con el mejor equipo universitario de China, en la Universidad de Ciencia y Tecnología. A la misma vez Omer se certificó en comercio internacional y mandarín en la universidad de Donghua.
Después de representar a su país en tres diferentes mundiales, torneos latinoamericanos, centroamericanos y Pro Tours, Omer pasó de ser el número 907 del mundo a ocupar el puesto 432.