Por Lucía Fernández
De estreno reciente en Argentina, la imponente película «Lejos de ella» (cuyos nombres inglés y chino respectivamente son Mountains may depart y 山河故人) se nos viene encima como un pulpo. Toca con éxito los grandes temas: el tiempo, la sociedad, el amor, el dolor, la vejez…
En un voraz aunque a veces lento recorrido entre 1999 y 2025, con un paráte en 2014, narra la historia de una mujer china preciosamente interpretada por la notable actriz Zhao Tao, mujer del director, Jia Zhangke. Prepara jiaozi (raviolis chinos), recita coplas, se disfraza para las fiestas, baila pasos estudiados de Pet Shop Boys y tiene los ojos tan profundos como la historia de su país. Los lugares de filmación aciertan permitiendo advertir la titánica proporción y diferencia chinas, principalmente el contraste entre las zonas rural y urbana.
Una historia de amor triangular desgarradoramente realista, que sigue la vida de cada uno de los personajes por más de veinte años. Donde no hay lugar para blancos y negros, ya que todas las elecciones parecen al mismo tiempo acertadas y erróneas como la propia vida. Como la propia China, no admite juicios ni adulaciones simples, sino abordajes extensos, complejos, ambiguos y siempre inacabados.
La sucesión de escenas nos lleva de uno a otro rincón del paisaje oriental y de nosotros mismos. ¿Estamos a la altura de nuestros deseos? ¿Sabremos enfrentar el porvenir? ¿Podrá el amor sobre la realidad? ¿Cuánto de lo que imaginamos inaugural, está ocurriendo, en realidad, por segunda o tercera vez? Una deliciosa película para mirar con tiempo, narrada en los tres tiempos, tierna, dócil, con un acercamiento al futuro desconcertante y abierto.
A fin de abrir el foco, propongo a los lectores recorrer imaginariamente los últimos veinte o treinta años de vida alrededor de unos objetos, lugares, juegos, herramientas, escenarios vividos, personas conocidas, experiencias. Imaginemos nuestra película, los días invernales, de otoño, verano y primavera que año a año suceden, sucedieron, y atraviesan nuestro presente. ¿Qué conservar, qué soltar? ¿Hacia dónde, cómo? Certezas, seres queridos, vuelos, banderas, decisiones.
En algún punto un tanto fluorescente, estaremos llegando al gran país del centro, tímidos, firmes, claros, confusos. Veremos desde arriba nuestros pies en aquél impresionante aeropuerto y nos echaremos a andar con los ojos tirantes y el corazón igual sobre una nueva propuesta del destino o la vida. Y pasarán las horas o los días como páginas de un buen libro, descubriendo el lugar que nos da nuevos amigos, trabajo, casa, comida, viajes, y tanto que aprender.
Estaremos siempre allí, y siempre en otra parte, hijos de cierta ajena circularidad que enrula las historias de la gente, como aquí mismo, en esta película, antes, ahora y luego. Lejos de ella… Lejos, pero siempre cerca de algo.
Lucía Fernández. Licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires, vivió en China entre 2012 y 2015, donde estudió mandarín gracias a una beca del gobierno chino. Actualmente vive en Argentina, donde escribe, da clases de español, chino e inglés, además de trabajar como traductora.
2016/07/11