Por: Meritxell Díaz
La Biblioteca Miguel de Cervantes reunió anoche a Rolando García, cónsul general de México; Antonio Zhang, traductor y profesor de Filología Hispánica en la Universidad de Nanjing, y Yi Gui, profesora de la misma facultad, para glosar la figura del escritor Carlos Fuentes, fallecido en mayo de este año. Los tres ponentes coincidieron en destacar a Fuentes como uno de los mayores exponentes de la literatura latinoamericana del siglo XX.
Literato y diplomático, Carlos Fuentes es autor de obras como ‘Una familia lejana’, ‘Aura’, ‘Instinto de Inez’ o ‘Los cinco soles de México: memoria de un milenio’. Hijo de padre diplomático, a lo largo de su infancia vivió en diversas ciudades americanas. En su faceta de periodista, fundó varias revistas, entre ellas ‘Revista Mexicana de Literatura’ junto a Octavio Paz. En 1975 aceptó el nombramiento de embajador de México en Francia, cargo al que renunció dos años más tarde como signo de protesta contra el nombramiento del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz como primer embajador de México en España después de la muerte de Francisco Franco.
El México barroco
Antonio Zhang es uno de los traductores de las obras de Carlos Fuentes al chino. “Cuando empecé a trabajar la primera obra de Fuentes, me asustó su lenguaje complicado. Aparecían infinidad de nombres que desconocía por lo que tuve que consultar quiénes eran esos personajes. Todo un aprendizaje”, así describió Zhang sus primeras impresiones sobre la pluma del mexicano. Para Zhang, “Fuentes más que un escritor mexicano es un escritor latinoamericano, y más que un escritor latinoamericano es un escritor universal”.
Cuando empezó a traducir sus obras, Zhang no había pisado México. “Lo conocí a través de sus obras y de su lenguaje barroco”, afirmó. Tuvo la oportunidad de viajar al país a través de una beca. Su mayor interrogante antes del viaje era si descubriría el México que él había imaginado leyendo y traduciendo a Fuentes, si el barroquismo descrito existiría realmente en sus calles. “Y sí, es un país barroco, en su gente, en sus colores, en sus comidas. México D.F. es una ciudad en movimiento, donde uno nunca se aburre. Dicen que es el Tercer Mundo, pero hay muchos mundos, un primer mundo, un segundo mundo… La modernidad se manifiesta de forma surrealista”. Para Zhang existen dos Méxicos, “el barroco negativo, de la injusticia eterna, del contraste entre ricos y pobres como espectáculo, y del terror, y el barroco positivo, el país enérgico, vivo y creativo, que estalla, que es tolerante y generoso, con gran diversidad cultural y racial. Éste último es que Carlos Fuentes quiso”.
La profesora Yi Gui resaltó la importancia de la cultura indígena y del pasado, presente y futuro en la obra de Fuentes.
El Fuentes universal
“Fuentes no sólo conoce la transformación de América, sino que la vive”, explicó el cónsul general de México, Rolando García. Debido al trabajo de su padre, Carlos Fuentes residió en diversos países. “Vivió en Estados Unidos durante la efervescencia social del New Deal, en Chile durante el periodo del Frente Popular… Todas estas vivencias le convirtieron en un gran historiador”.
“Crítico, culto, exigente y cosmopolita” son algunos de los adjetivos que García utilizó para calificar al escritor mexicano, galardonado con el Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y nombrado en reiteradas ocasiones al Premio Nobel de la Literatura. El cónsul recordó que la obra ‘La región más transparente’ marcó el inicio de la novela mexicana moderna. Asimismo insistió en su vocación universal, “Carlos Fuentes abrió las ventanas de México para que el viento del mundo entrara por ellas”.
A su muerte, el prolífico escritor dejó un legado que supera los 60 libros.