Por Paulina Herrán, revista Hola China
El abogado Chileno Martín González ha sido otro ejemplo del empeño de quienes se aventuran a explorar tierras Chinas para buscar oportunidades de estudio y trabajo. Acompañado de su familia, entre 2011 y 2012 estudió un Master en Derecho Chino (LL.M) en La Universidad de Tsinghua en Beijing.
Martín es socio fundador de la firma GS&Co. Abogados y Consultores Chile-China, equipo binacional que presta asesoría legal y contable a empresas chinas en Chile en idioma mandarín. GS& cuenta además con una alianza estratégica con Price Cao, Firma China de Abogados en Beijing, logrando así un puente legal entre ambos países pudiendo brindar soluciones legales entre ambos países.
Actualmente, se desempeña como director del Instituto Chileno Chino de Cultura Chile. Cabe destacar que Chile fue el primer país latinoamericano en albergar un Instituto de Cultura Chino en el año 1952. Este valioso contacto cultural hace 61 años contribuyó en gran medida a generar confianzas y un entendimiento fructífero entre ambos países que se mantienen hasta el día de hoy.
Con dichos antecedentes, González le concedió una entrevista a Hola China y dio a conocer sus impresiones sobre las relaciones entre América Latina y China.
Hola China: Usted estudió una Maestría en Derecho en la Universidad de Tsinghua; con base en esto, ¿cómo evalúa la experiencia como latinoamericano al estudiar en China?
Martín González: Una experiencia fascinante. En términos personales, la oportunidad de aprender de una cultura milenaria que sigue siendo desconocida y enigmática para nosotros como Latinoamericanos. Asimismo, observar in situ la efervescencia económica y cultural que vive China desde el opening-up desde hace tres décadas y el impacto que este fenómeno está teniendo en el mundo entero.
En términos académicos y profesionales la Universidad de Tsinghua, es una de las más prestigiosas del país y alma matter del actual Presidente Xi Jinping y del anterior Hu Jintao. La Universidad produjo una serie de vínculos profesionales que se han ido desarrollando para efectos de poder brindar un servicio legal entre ambos países por abogados que tienen una mirada y práctica en ambos sistemas jurídicos y de esta forma minimizar costos, barreras legales, culturales y de procedimientos.
HC: ¿Qué relevancia tienen dichas diferencias a la hora de hacer negocios entre China e Iberoamérica?
MG: Enfoques de negociación diferentes. En China existe una perspectiva holística, más centrada en las relaciones sociales. Por el contrario, en Occidente la tendencia es hacia un enfoque más analítico, centrado en hechos y resultados, con una detención en el proceso. En China, son más pacientes, indirectos y se evitan conflictos; a diferencia de Occidente en donde se valora la agilidad e ir directos al grano.
Por lo tanto, el desafío es lograr un puente cultural que absorba la diferente dimensión del tiempo entre China y nuestros países. Por ello, se hace necesario estructurar bien la negociación entendiendo estas variables y dirigirla a la colaboración entre las partes, con un énfasis en crear vínculos personales y una fuerte perspectiva de futuro.
HC: En su visión, ¿qué tipo de estrategias pueden adoptar las empresas iberoamericanas para entrar al mercado chino?
MG: Tener el debido soporte comercial y legal en ambos países para reducir costos, diferencias procedimentales, culturales e idiomáticas. Diversificar la actual oferta exportada analizando con detención las preferencias particulares de los clientes chinos. Además, superar una cierta aversión al riesgo por parte de los empresarios y aventurarse en China adecuando la obtención de resultados a metas a medio y a largo plazo.
HC: ¿Qué tipo de propuestas pueden hacer los países iberoamericanos para lograr un comercio sostenible con China?
MG: Recojo las palabras del ex – presidente Hu Jintao quien propuso las siguientes tres iniciativas: Primero, profundizar los consensos estratégicos entre países y fortalecer la confianza mutua en lo político. Segundo, asumir un enfoque pragmático e innovador para explotar las potencialidades de la cooperación. Tercero, prestar mayor atención al intercambio cultural para aumentar el conocimiento mutuo.
HC: Usted también se ha desempeñado como director del Instituto Chileno Chino de Cultura. Para usted, ¿cuáles son los valores culturales que China le ha dejado a Iberoamérica?
MG: China es un país con una riqueza cultural sorprendente y además tiene una heterogeneidad cultural enorme. Aún así, el pueblo Chino ha desarrollado convergencias y complementariedades que han mantenido al país unido a través del tiempo. A mi juicio, esto constituye un valor trascendental para Iberoamérica que también cuenta con una alta diversidad cultural y orígenes múltiples pero que necesita incrementar sus esfuerzos para lograr mayor unión y convergencia para así aprovechar ventajas comparativas entre naciones y desarrollar más proyectos en común.
HC: ¿Qué similitudes encuentra entre los Chinos y los Iberoamericanos?
MG: Más que similitudes existen grandes compatibilidades y afinidades entre China y América Latina tanto en lo político como en lo económico. De ahí que, un mayor trabajo para estimular el intercambio cultural incrementará el desarrollo de las relaciones sino-latinoamericanas y beneficios recíprocos entre los habitantes de ambos territorios.
HC: ¿Qué lección personal le dejó su paso por China?
MG: Alguien mencionó que “China is thousands of years old but has been made anew in the last three decades” («China tiene mil años de edad, pero se ha renovado en las últimas tres décadas»).
Tomando estas palabras un valor a resaltar del pueblo chino es la resiliencia demostrada al haber desarrollado y mantenido su cultura en forma continua durante miles de años siendo capaz de enfrentar complejas adversidades internas y externas y lograr una habilidad y flexibilidad para reconstruirse de forma ágil e innovadora durante las tres últimas décadas e irradiar dicho crecimiento al mundo entero.
