PUBLIRREPORTAJE
“El aceite de oliva virgen extra es como un zumo de frutas” remarcó varias veces Justino Corchero a lo largo de su presentación durante la Jacoliva Oil Tasting. El experto catador analizó las propiedades del aceite de oliva virgen extra delante de más de cincuenta personas, locales y extranjeros, en la Oficina Económica y Comercial de España en Shanghái (ICEX). La Master Class, organizada por la empresa española Delaiberia Gold, aportó a los asistentes conocimientos sobre cómo hacer una cata professional de aceite de oliva. Corchero también detalló las diferencias básicas entre los tipos de aceites de oliva y los clasificó, en función de sus propiedades, para cada tipo de cocina. El acto reunió profesionales del mundo de la alimentación: chefs, restauradores, jefes de compras de tiendas de comercio, entre otros.
Delaiberia Gold fabrica productos extremeños y los vende en China desde 2011, convirtiéndose en una empresa referente en el sector de productos importados en el gigante asiático. La sociedad comercializadora la constituyen siete socios. Seis de ellos son productores de alimentos representativos de la cultura mediterránea como el vino, el licor, el jamón, el queso, la aceituna y el aceite de oliva virgen extra. En su catálogo hay, aproximadamente, 140 referencias de productos de alta calidad, extremeños y tan significativos cómo el aceite de oliva de Jacoliva, una empresa con casi 150 años de historia.
Roberto Batres, director de Delaiberia Gold, llegó a China hace cinco años para arrancar este proyecto. Él y sus socios empezaron por entender cómo podían satisfacer las necesidades del público chino con un estudio de mercado. Batres confiesa que «en algunos casos, el resultado del estudio era diferente de lo que nosotros, desde España, pensábamos que podría funcionar en China». A partir de esto, seleccionaron los productos más apropiados de cada fabricante, una faena nada fácil porque partían de portafolios muy amplios, e hicieron una importación de producto. Luego se centraron en buscar distribuidores e importadores.
Durante todos estos años, Batres ha visto cómo el público chino iba aceptando e introduciendo productos importados en su día a día y cómo, lógicamente, las ganancias de la empresa aumentaban. Mientras que el queso, por ejemplo, aún se resiste a la población local y sus ventas se concentran entre los expatriados (y en Shanghái), el vino “se vende muy bien fuera de esta ciudad”, según Batres. De hecho, “Delaiberia Gold exporta grandes cantidades de vino en Urumchi (capital de la provincia china de Xinjiang, en el oeste del país)” detalla el director.
La penetración en el mercado local es la clave de la supervivencia del negocio y es por esto que Delaiberia Gold tiene dos canales de venta. Un canal directo dónde los importadores compran en sus fábricas y dónde Delaiberia Gold da total soporte comercial y gestiona la documentación necesaria. Y su propio servicio de distribución a través de una empresa china con capital 100% español. Además, la empresa extremeña no quiere quedarse atrás en los nuevos canales de venta como el online, y es por esto que ya ha iniciado negociaciones con distribuidores de este sector.
Delaiberia Gold da servicio a una larga lista de clientes: desde pequeños distribuidores a grandes nombres de la restauración en Shanghái cómo el Azul Tapas & Lounge, el Willy, Malabar o los recién abiertos Alma y Raw Eatery and Wood Grill. Los clientes de City Shop consumen sus productos extremeños y pronto también lo harán los de El Corte Inglés. Aunque Batres asegura “que China es muy dura”, las expectativas de negocio de Delaiberia Gold son doblar las ventas del año pasado a finales de 2016.
2016/06/20
