Judith Pérez nació en México, pero actualmente vive en Chongqing, una de las ciudades más importantes de China. Ha acumulado más de cuatro años de experiencia en una empresa proveedora del sector automotriz en el gigante asiático y se desempeña específicamente en el área de recursos humanos.

En esta entrega, ella comparte con los lectores de Hola China su relato de cómo viajó a China y cuáles han sido sus aprendizajes en este país tan diferente de su natal México.

HOLA CHINA (HC): ¿Puedes narrarnos la historia de tu mudanza a China?

Judith Pérez (JP): Sí. Primero vine a China por turismo. Una de mis amigas, que estaba viviendo en Shanghái, me invitó. Para mí China era un país tan lejano, extraño y desconocido que yo dije que a China no voy a ir si voy sola. Entonces mi intención en este viaje fue visitar a esta amiga, que estaba aquí, y que ella me guiara.

HC: ¿Cuál fue tu primera impresión al llegar?

JP: Voy a China y me llevo una sorpresa muy grata, no estaba muy informada de las condiciones de China, en mi mente estaba la China icónica que todos ven, la arquitectura típica, comida callejera en todos los sitios. No me esperaba una China tan desarrollada, con formas de arquitectura que están a un nivel incluso más elevado que el de Estados Unidos. Me gustó China y a la par conocí a una persona en esas vacaciones. Bueno, me gustó este chico. Vuelvo a México, pero me quedé con dos espinitas: me gustó China y me gustó esa persona. ¿Cómo ir a China? Sigo en contacto con esta persona. Empiezo a buscar becas y trabajos.

HC: ¿Decidiste dejar tu vida en México?

JP: En México tenía un trabajo excelente, estaba en 3M, en una de sus divisiones, y era gerente de recursos humanos. Era la cúspide de mi carrera profesional, pero tenía una parte personal de aventurarme. Seguí en contacto con esta persona, él fue a México y mi familia lo conoció. En ese tiempo me comuniqué con una empresa en China que deseaba hacer negocios con Latinoamérica y buscaba a una persona que hablara español. Conseguí ese trabajo. La verdad es que profesionalmente no era relacionado mucho con recursos humanos, sí llevaba una parte de entrenamiento, pero era una empresa pequeñita. Tomé la oportunidad.

HC: ¿Es la misma empresa con la que estás ahora?

JP: No. Llegué a China, empecé a trabajar en esta empresa, no me gustó nada, no tenía nada que ver con recursos humanos, pero lo que sí me gustó fue el contacto con esta persona que había conocido. En ese tiempo me relacioné con un par de mexicanos aquí, en China, que trabajaban para otra empresa, y en esa empresa sucedió que el gerente de recursos humanos era un extranjero, renunció y se fue. Ellos me dicen: «oye, Judith, tú nos has dicho que trabajas en recursos humanos, pásanos tu currículo». Les envío el currículo, ellos lo mandan a su empresa y esta nueva empresa me conoce.

Judith Pérez en la Gran Muralla.

HC: ¿Este nuevo trabajo es el que tienes desde 2014?

JP: A ellos se les va al gerente de recursos humanos y de pronto se topan con que hay una chica que tiene experiencia, soltera, que ya está en China, no había el problema de conseguir el visado. Bueno, me contratan, fue una relación de ganar para ambas partes. Yo ya no estaba en la otra empresa, ya estaba buscando algo diferente. Fue un poco de suerte y de haber estado en el momento correcto para la situación.

HC: ¿El momento y el lugar indicado?

JP: Podría definir mi estadía en China así, he estado en el momento y en el lugar correcto por todo lo que me ha sucedido en estos cuatros años. Me quedé en esta empresa con la que he trabajado hasta la fecha y estoy como supervisor de recursos humanos.

HC: ¿Qué hace tu empresa?

JP: Es proveedora de la industria automotriz, hacemos lámparas para los coches, lámparas exteriores, delanteras, traseras y faros de niebla. La empresa es indio-taiwanesa.

HC: ¿Qué has aprendido sobre hacer negocios en China con esta empresa?

JP: Si tú quieres hacer una empresa en China, si quieres venir a China a poner un negocio, tienes que estar con un socio chino, y ellos consideran que Taiwán es de ellos, consideran que Taiwán es China, entonces entramos con ellos. La empresa antes era americana, luego se vendió a la gente de India, y ahora sigue el proyecto conjunto con dos plantas en China, una en Changzhou y la otra en Chongqing, que es donde estoy ahora. Digamos que me transfirieron a Chongqing.

HC: ¿Qué hace una latinoamericana en la parte de recursos humanos de una empresa china?

JP: ¡Mucha gente se pregunta qué hace un extranjero en recursos humanos en China! El sector de recursos humanos es mucho de resolver problemas con la gente y yo no hablo chino, ahora tengo un nivel muy básico pero no para sentarme con un trabajador y resolver sus problemas o gestionar cosas. Yo en esta empresa estoy a cargo de todo lo que es la estrategia de recursos humanos e implementar las mejoras prácticas que tienen otras empresas. Hay muchos procesos que la empresa ya tenía pero el tema con China es el seguimiento a los procesos, tienes que estar siempre supervisando que se cumplan las cosas.

HC: ¿Qué has aportado a la empresa con tu trabajo?

JP: Un ejemplo es la evaluación del desempeño de los empleados. Era un proceso que no se llevaba detalladamente. Nosotros tenemos ligado el incremento salarial al desempeño, y había personas cuyo desempeño era pésimo que luego recibían un incremento de 25%. No puedes mandar ese tipo de mensaje, esa era un poco mi asesoría a los gerentes. Realmente aquí ha sido mi valor añadido con la empresa el hecho de que estoy auditando los procesos de recursos humanos, mejorando los procesos de recursos humanos  y controlando presupuestos. Creo que la empresa ha estado contenta conmigo.

HC: ¿Qué elementos mejorables has visto en la parte de recursos humanos en China?

JP: Hay un tema con el compromiso entre la empresa y los trabajadores. Siento que en México, mi otra referencia, la gente está más comprometida con el alcance de la producción y con contribuir a los objetivos de la empresa. En China tienes que estar jugando mucho con el tema de retribuciones y penalidades. Si quieres que un trabajador chino haga algo bien, tienes que estar ofreciendo retribuciones constantes, pero si deseas que se siga una regla, tienes que afectar el bolsillo.

Judith Pérez en Shanghái

HC: En tu opinión, ¿hay otro elemento mejorable en la cultural laboral china?

JP: El tema de la seguridad. Lo que yo veo en China es que hay una apatía en temas de seguridad, tienen un sentido de urgencia muy alto, quieren hacer las cosas rápido. Por ejemplo, hay que bajar un material de un estante que está a tres niveles, prefieren escalar el estante en vez de poner una escalera y usar un arnés y un casco. No lo usan porque lo ven como una pérdida de tiempo. Creo que ese es uno de los grandes retos que tenemos con la gente, que entiendan que no importa que lo hagan más lento, que tienen que priorizar a la persona, protegerla.

HC: ¿Qué debe conocer un empresario que va a invertir en China y desea contratar a profesionales chinos?

JP: Todos los aspectos legales. Funciona igual que en nuestros países, debes contratar a las personas con un régimen de seguridad social, especialmente si eres extranjero, porque eres sujeto a más auditorías. Por otra parte está el tema de la mano de obra, hay mucha gente que viene a China con la idea de que el costo de la mano de obra es barato y realmente no lo es. Yo lo comparo con México, un operador en China puede ganar lo que recibe un ingeniero en México. En China los salarios son altos, los tiempos en los cuales la mano de obra en China era barata no existen más. Si comparas con Estados Unidos, tal vez sí es barata; si comparas con América Latina, no.

HC: ¿Hay alguna dificultad que pueda tener un empresario con el manejo de los recursos humanos en China?

JP: Hay un exceso de trabajo en China, la gente tiene muchísima rotación. Los estudiantes, antes de salir de la carrera, encuentran trabajo. Hallas que es difícil reclutar posiciones con mucha especialidad en China porque la gente está bien pagada.

HC: ¿Qué cosas curiosas tienen los trabajadores en China?, ¿qué los distingue?

JP: Aman el sobretiempo. La gente se mueve desde la parte rural a la costera, la más desarrollada, para trabajar. Dejan a sus familias y van a las ciudades. Lo que menos desean los trabajadores es gastar, les encanta trabajar doce horas, cinco días a la semana, durante todo el mes, no les importa no tener día de descanso porque si están en la empresa reciben almuerzo y cena, bonos, y no pagan electricidad, calefacción, etcétera. Lo hemos vivido en la empresa, cuando el nivel de producción baja y tenemos que cortar el tiempo extra, la gente se va. Ellos no valoran la parte del tiempo personal, piensan que cuanto más tiempo trabajen, mejor.

HC: ¿A qué crees que se debe el desarrollo de un país tan grande como China?, ¿cuál es el aporte de los trabajadores?

JP: Los chinos tienen la mentalidad de querer ser los mejores en muchas cosas. Entonces, tienen un sistema de metro que es muy bueno, es impresionante, pero ¿qué hicieron? Se trajeron al mejor del mundo en diseño y construcción de líneas de metro, a un extranjero que les dijo cómo hacer las cosas. Se traen a esta persona, pero ahí está siempre una contraparte china que está aprendiendo. Eso ha sido la clave de China para desarrollarse tan rápido, desde mi punto de vista.

HC: ¿Sentiste algún choque cultural en la manera de desarrollar la labor de recursos humanos en China?

JP: ¿Choque cultural? El tema del espacio personal era algo que al inicio me ponía de malas. No hay espacio personal en ningún sitio, incluso en una reunión de trabajo llegan muy cerca y empiezan a hablar. Ellos no lo ven como una falta de respeto ni mucho menos, así actúan. Otro tema es la siesta, los chinos toman siesta, eso me impresionó. Recuerdo la primera vez que vi toda el área de oficinas en penumbras y a todos durmiendo una siesta de media hora o cuarenta minutos, en las sillas, en camitas, en el suelo.

HC: ¿Qué pasó con la persona que conociste en tu primer viaje a China?

JP: Me casé. Todo iba muy bien con la persona que conocí en mi primer viaje a China, entonces decidimos casarnos. Mi esposo es español.

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