Por Paulina Herrán, Revista Hola China
En China es usual ver en los parques de las ciudades en las primeras horas del día a varias personas danzando una especie de baile sin música, pero con un ritmo muy suave. Pero al observar bien, la danza no es otra cosa que una serie de movimientos coordinados y rigurosamente elaborados por los seguidores, entre los cuales muchos de ellos son personas de la tercera edad. Esas “coreografías” son el Qi Gong y el Tai Chi, dos disciplinas milenarias que en China generan absoluta devoción, y que han llegado a Occidente para enseñar sus bondades. Ya no es extraño ver cómo se han ido difundiendo a través de los años en América Latina, Europa y Estados Unidos, pero todavía nos falta por conocer un poco más de éstas.
Si bien el Qi Gong y el Tai Chi son dos disciplinas diferentes se asemejan de alguna manera, pues son unas secuencias de movimientos lentos y armoniosos diseñados para restablecer la salud de una forma natural, y permanecer en una buena condición física, mental y espiritual. Su práctica relaja el cuerpo, la mente, mejora la circulación, fortalece los músculos y los huesos, aporta equilibrio y coordinación, por lo que es útil para todas las edades y condiciones, incluyendo a los adultos mayores y a las mujeres embarazadas. Además, ayuda a equilibrar el estrés y la fatiga de la vida diaria, razón por la cual han sido tan bien difundidas en Occidente. Pero, ¿a qué se refieren el Qi Gong y el Tai Chi?
Qi Gong: energía en movimiento
El Qi Gong (también pronunciado como Chi Kung) es un poderoso tipo de ejercicio, que ha sido practicado durante centurias. Está basado en la repetición de un conjunto de movimientos de mucha precisión, diseñado para beneficiar a la salud en muchos niveles. Su práctica regular ofrece un efecto fortalecedor de todo el cuerpo y varios de sus sistemas (nervioso, digestivo, respiratorio, muscular, hormonal, reproductivo, etc.). Su habilidad es la de ayudar en la recuperación de una gran variedad de problemas de salud crónicos.
Los orígenes del Qi Gong datan de miles de años, probablemente aluden a danzas practicadas por algunas tribus en varias partes de China. Con el tiempo, los movimientos se sistematizaron, con lo cual se crearon ejercicios enfocados a la salud para que fueran practicados todos los días. Se dice que uno de los legendarios emperadores chinos, Huang Di (el Emperador Amarillo), practicó diariamente el Qi Gong y, como resultado, vivió sanamente por 100 años. Posteriormente, han nacido varios sistemas de Qi Gong, incluyendo las ocho piezas del “Brocado de Seda”, que aún hoy se practican comúnmente. Éstas se atribuyen al General Yue Fei (1177 – 1279 AD), de quien se dice que las desarrolló como método de entrenamiento para su ejército. Durante milenios, el Qi Gong no sólo ha sido practicado por soldados, sino también por intelectuales, monjes y gente del común por tres diferentes propósitos: marcial, médico o meditativo.
El objetivo del Qi Gong es el de promover el movimiento de Qi (léase como Chi, que es la energía vital) en el cuerpo; esto se hace a través de la apertura de determinados puentes y del estiramiento de los canales de energía. Un punto clave en la práctica del Qi Gong es la relajación y la respiración profunda, prerrequisitos para permitir que el Qi fluya. Muchos de los movimientos del Qi Gong son suaves, pero otros se hacen con más vigor; algunos son largos y extensos, mientras que hay otros movimientos que son casi imperceptibles. El Qi Gong puede practicarse como un ejercicio individual, o hacerlo de manera complementaria con el entrenamiento en Tai Chi. Con la práctica regular de esta disciplina, se ha demostrado que el Qi Gong tiene un efecto poderoso en el cuerpo, la mente y el espíritu. Se ha reportado que ayuda a incrementar la salud general y el bienestar, se reducen los niveles de estrés, y ofrece una perspectiva más clara y balanceada de las posibilidades de cada individuo.
Tai Chi: inspiración para la vida
El Tai Chi (también leído como Taiji o Taijiquan) es un antiguo método chino de auto-desarrollo; es una mezcla de conocimiento médico, meditativo y marcial para fortalecer la autodisciplina, con potencia sin esfuerzo y movimientos sutiles. Éste ayuda a mejorar la salud general; incrementar la energía, la fuerza, la coordinación, el balance y la agilidad; permite relajarse y aliviar el estrés; fortalece las funciones internas del cuerpo como el sistema inmunológico, las funciones metabólicas y el sistema cardiovascular; promover la autocuración y generar armonía en todos los sentidos. A través de la historia, el Tai Chi ha sido practicado por intelectuales chinos, monjes, curanderos, artistas, emperadores, entre otros, a causa de su extraordinaria versatilidad y efectividad comprobada. Si bien parece ser parte del pensamiento espiritual y filosófico, el Tai Chi no está atado a ninguna religión o dogma, por lo que está al alcance de cualquier persona. De hecho, los practicantes de yoga, de artes marciales o bailarines encuentran que el Tai Chi hace un acercamiento profundo que complementa su propio entrenamiento.
El Tai Chi consiste en “Cuatro Pilares” o tipos de práctica, así como una variedad de ejercicios físicos y prácticas de meditación. Los Cuatro Pilares son Qigong, Forma, Presión de Manos y Aplicación. Cada uno de los pilares desarrolla la habilidad de coordinar el cuerpo, la energía interna, y la sensibilidad hacia sí mismo, el entorno y los demás en un nivel superior. El Qi Gong es el fundamento del Tai Chi: el estudiante aprende a mover su cuerpop y sentir su energía interna (Qi) a través de movimientos simples y relativamente estáticos; así como el uso de la voluntad (Yi) para guiar la energía hacia el flujo de sus canales naturales (conocidos como jing-luo, o meridianos).
El ejercicio principal que se usa en Tai Chi es llamado la Forma. Esta es una secuencia de movimientos que dura entre 5 y 20 minutos. La Forma desarrolla efectivamente la habilidades físicas y la salud, y es una placentera manera de meditación en movimiento. Hay muchas variaciones de la Forma dentro de los diferentes lineamientos y escuelas del Tai Chi, pero todas se derivan de la Forma original y los principios de los movimientos siempre son los mismos. La Presión de Manos (Tui Shou) es una clase de ejercicio paralelo, donde dos personas desarrollan juntas la sensibilidad y la coordinación. La Aplicación es el aspecto más avanzado del entrenamiento físico; aquí, el estudiante explora los elementos más profundos de los movimientos de la Forma, en una manera dinámica con un compañero de entrenamiento. La Aplicación pone a prueba y perfecciona el estudio de los movimientos, al desarrollar altos niveles de coordinación entre la mente y el cuerpo, la sensibilidad y la confianza.
Tanto en Qi Gong como en Tai Chi, los estudiantes practican una variedad de ejercicios para desarrollar habilidades físicas claves y diferentes clases de meditación para enfocar la mente, incrementar el auto-entendiemiento y desarrollar mayores niveles de energía interna.