Barcelona-Shanghai Women Bridge (BSWomenB) es un proyecto intercultural al frente del que se encuentran Mercè Carreras-Solanas y Wu Yuwen. Esta iniciativa busca unir a las emprendedoras y profesionales de diferentes generaciones que viven en el área de influencia de ambas ciudades. El objetivo es promover la transferencia de tecnología y compartir conocimientos y valores culturales.
Por: Meritxell Díaz
La asociación nace con el objetivo de generar confianza intercultural ¿Cómo se define esa confianza?
Entendemos la confianza intercultural como un deseo de conocer a la otra, de pensar que te puede aportar algo positivo, que no se trata de un juego de suma cero sino de un win-to-win (todas ganamos en el intercambio). No es una asociación propiamente dicha, sino un grupo informal de profesionales de ambas ciudades que con una web, un blog y una cuenta de twitter gestionados por una shanghainesa y una barcelonesa promueven esta confianza intercultural con el objetivo de conseguir un intercambio de experiencias que nos permita conocernos mejor y, por lo tanto, confiar más en la otra.
Desde su creación, ¿cuáles han sido los proyectos que han tirado adelante?
En 2009 contactamos con la China Europe International Business School (CEIBS) a través de Pedro Nueno y Jaume Ribera y entramos en contacto con la cátedra del Puerto de Barcelona y con Cristina Castillo, con quien mantenemos contactos desde entonces y que forma parte de este proyecto. En 2010 asistimos a la Expo de Shanghái durante la Semana Catalana e hicimos difusión en el blog y en la web con las crónicas de Silvia Company, que trabajó en el pabellón de España. Hicimos difusión con fotografías del pabellón de Barcelona y participamos en los diferentes actos que se hicieron durante la semana y en el acto conjunto que hicieron las universidades catalanas para darse a conocer en Shanghái.
Comentan que el lema de la Expo, “Better City, Better Life”, encajaba perfectamente con su filosofía.
Sí. Barcelona-Shanghai Women Bridge considera la ciudad como la principal estructura organizativa contemporánea, por encima, a nivel de eficiencia en la gestión, de los otros niveles de gestión de gobierno. Creemos que las mujeres tenemos mucho que aportar a la gestión de las ciudades porque una ciudad que se adapta a las necesidades de las mujeres, se adapta a las necesidades de toda la población. También en 2010 contactamos con la Shanghai Women Federation (SWF), asociación que engloba a las mujeres de Shanghái de todas las áreas profesionales. Las recibimos en su primera visita a Barcelona.
¿En qué se diferencia la situación de las mujeres en Shanghái y en Barcelona?
Una impresión personal, corroborada con Wu Yuwen, es que entre las mujeres de Shanghái reina un mayor pragmatismo y una mayor capacidad de relacionarse con el dinero, numerosos estudios señalan que las mujeres occidentales históricamente han mantenido una relación distante con el dinero. En cambio en Shanghái tradicionalmente la mujer ha gestionado el dinero de la familia y es muy habitual que sea la mujer quien pague las cuentas de la familia en público, por ejemplo, en el restaurante, mientras que en Barcelona, si hay un hombre en la mesa, el camarero aún suele llevarle la cuenta a él.
¿Cree que es así por alguna razón?
Quizá por la política del hijo único –que ha convertido a los niños en un bien escaso– los hombres se han implicado más en su cuidado y, al no tener tantas cargas familiares, ellas han podido dedicar más tiempo a la vida profesional. Esto hace que sea más fácil para ellas hablar de dinero y que estén más orientadas a buscar resultados monetarios y a hacer negocios que las barcelonesas. En Barcelona, hasta ahora, la cohesión social y el estado del bienestar han permitido unas mayores cotas de idealismo en la relación de las mujeres con los negocios.
¿En qué se parecen?
Unas y otras pertenecen a las ciudades más avanzadas y progresistas de sus países, a dos de las ciudades pioneras a nivel global, esto hace que las mujeres de ambas ciudades hayan constituido la vanguardia en la defensa de los derechos y el empoderamiento de las mujeres. De todas formas todavía queda un largo camino por recorrer, todavía hay un alto porcentaje de violencia machista en ambas ciudades. Este fue precisamente uno de los temas que abordamos en el workshop que organizamos en Barcelona, en Casa Asia en mayo de 2011, donde Zhao Zhijuan, presidenta del Shanghai Minhang District Women’s Federation, explicó las medidas concretas aplicadas en su distrito para la prevención y lucha contra la violencia machista. Señaló que se trata de un problema estructural y, por tanto, global.
¿Qué puede aprender Occidente de China?
La perseverancia, la paciencia, el no querer convencer a los demás, China copia del exterior lo que considera bueno y espera que nosotros hagamos lo mismo. Es una cultura espejo.
Los puentes que se han creado con el proyecto Barcelona-Shanghai Women Bridge, ¿qué frutos concretos han dado?
De momento hemos creado lazos estables con profesionales vinculadas al CEIBS, la SWF y la Fudan University y con empresarias y profesionales de diferentes sectores, lo que nos permite ir tejiendo una red de vínculos personales y profesionales que facilitan la tarea de intercambio de buenas prácticas entre ambas ciudades. En Barcelona estamos en contacto con profesionales de la Universidad de Barcelona, Casa Asia y el Consejo de las Mujeres del Ayuntamiento de Barcelona.
¿Por qué es importante crear asociaciones y organizaciones que vinculen ambas realidades?
Porque son culturas muy diferentes y China y su nuevo liderazgo despierta miedos que queremos ayudar a disminuir por la vía del conocimiento y la comprensión mutua.